La agitación económica y política ha dejado su huella en la estructura de la demanda del mercado inmobiliario mundial. Los rusos, que protagonizan buena parte de las operaciones, han perdido terreno frente los chinos. Según los expertos, esto es consecuencia de la desestabilización económica en Asia.  Los chinos son uno de los compradores más activos de viviendas en Moscú. Ellos están orientados hacia inmuebles de alto standing en el centro de la ciudad cosmopolita.

En cuanto a los rusos, si antes compraban inmuebles residenciales en las costas de España, Bulgaria, Egipto y Tailandia, ahora prefieren inversiones fiables a largo plazo en países que mantienen estabilidad política y económica. Otros destinos preferidos por ellos son las ciudades más caras de Europa: Mónaco, Múnich, Ginebra, Zurich y Londres. En Nueva York, la adquisición de viviendas se ha reducido, debido a las sanciones impuestas por EE.UU a Rusia.

El Reino Unido es el lugar europeo más atractivo para invertir en propiedades. Los rusos son los líderes en la compra de inmuebles exclusivos con un valor mayor de 15 millones de dólares, seguidos por los ucranianos. En los últimos 16 años,  las viviendas negociadas entre inversores locales representan menos de 15% del número total de las propiedades vendidas.  Por su parte, los lugares preferidos por los ingleses son Barcelona, ​​Roma, Florencia, Venecia y Dublín.

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